La aromaterapia es una práctica emergente en medicina integrativa que busca validación científica de los aceites esenciales. Los pacientes (por ejemplo, oncológicos) emplean aromaterapia para mejorar la calidad de vida y reducir síntomas como la ansiedad, el dolor y las náuseas. En este contexto, el aceite esencial de romero ha cobrado interés por su amplio espectro de acciones biológicas. Estudios recientes resaltan que el romero posee propiedades antimicrobianas, antiinflamatorias y neuroprotectoras significativas, asociadas a efectos beneficiosos sobre el ánimo, la memoria y la reducción del dolor. A continuación se revisa la evidencia científica actual sobre sus mecanismos y aplicaciones en el estrés neural, la acción antiséptica/antiinflamatoria, el tratamiento de la alopecia y la modulación hormonal.
Efecto antiestrés neural
El aceite esencial de romero (ROEO) demuestra efectos ansiolíticos y promotores de la neuroplasticidad en modelos experimentales. En ratones, la inhalación de ROEO redujo significativamente el tiempo de inmovilidad en la prueba de suspensión de cola (estrés conductual) y disminuyó los niveles séricos de corticosterona, mientras aumentaba los niveles cerebrales de dopamina. A nivel molecular, el ROEO activa la vía del factor de crecimiento nervioso (NGF) y el eje hipotalámico-hipofisario (HPA), favoreciendo la diferenciación neuronal (células PC12) mediante la modulación de neurotransmisores (acetilcolina) y genes de crecimiento (GAP-43). Estos efectos han sido atribuidos a monoterpenos como el α-pineno, presente en alta proporción en el aceite, conocido por su actividad ansiolítica. En humanos, estudios demuestran que el principal componente aromático 1,8‑cineol mejora la función cognitiva: mayores concentraciones plasmáticas de 1,8‑cineol tras inhalación de aroma de romero se correlacionan con mejor desempeño en tareas de memoria y velocidad mental. Se ha sugerido que estos beneficios se explican por propiedades colinérgicas del romero (inhibición de la acetilcolinesterasa) que potencian la memoria y la atención. En conjunto, esta evidencia sugiere que el romero fortalece la respuesta neuronal al estrés y puede mitigar la fatiga mental, aportando efectos ansiolíticos y de mejora cognitiva.
Propiedades antisépticas y antiinflamatorias
El romero cuenta con acción antimicrobiana de amplio espectro. Numerosos estudios in vitro reportan actividad bactericida frente a patógenos comunes (E. coli, S. aureus, Bacillus cereus, L. monocytogenes, etc.) cuando se aplica su aceite esencial. Esta acción se explica por sus monoterpenos (1,8‑cineol, α‑pineno, cariofileno, borneol, entre otros) que alteran la membrana y la viabilidad microbiana. Además, el aceite de romero muestra actividad antifúngica notable: inducen muerte celular en Candida albicans y bloquean la formación de hifas y biopelículas, efectos atribuidos especialmente al α‑pineno y al 1,8‑cineol.
El romero también ejerce potentes efectos antiinflamatorios. Sus metabolitos fenólicos (ácido rosmarínico, carnosol y carnosic acid) inhiben enzimas proinflamatorias (ej. COX-2) y neutralizan especies reactivas de oxígeno, atenuando la inflamación en tejidos lesionados. En modelos preclínicos esto se traduce en menor edema y dolor local. Adicionalmente, se ha observado actividad analgésica (antinociceptiva) asociada al romero. Clínicamente, estas propiedades respaldan el uso de preparaciones tópicas de romero (ungüentos, lociones o enjuagues) en heridas, quemaduras superficiales y afecciones inflamatorias de la piel. Su acción antiséptica acelera la cicatrización al prevenir infecciones, y su efecto antiinflamatorio/analgésico contribuye a la recuperación tisular.
Uso en el tratamiento de la alopecia (masculina y femenina)
La evidencia clínica más sólida proviene de estudios en alopecia androgenética. Un ensayo aleatorizado reportó que la aplicación tópica diaria de aceite esencial de romero durante 6 meses aumentó de manera significativa la densidad capilar, con efectos comparables al tratamiento con minoxidil al 2%. Este incremento de folículos activos es atribuible, en parte, a la mejora de la microcirculación del cuero cabelludo que induce el romero, optimizando el aporte de nutrientes al folículo. Además, los participantes tratados con romero experimentaron significativamente menos prurito e irritación que los del grupo con minoxidil. Aunque los estudios se han centrado mayoritariamente en hombres, la fisiopatología subyacente de la alopecia androgénica es similar en mujeres, por lo que se infiere que el romero también podría beneficiar la alopecia femenina. Se postula además que el romero podría influir localmente en las vías hormonales del folículo (p.ej. modulando la actividad de la 5α‑reductasa), aunque esto requiere validación. En la práctica clínica se emplean lociones o champús con aceite de romero (diluido en vehículo) aplicados mediante masaje al cuero cabelludo, complementando terapias convencionales con un perfil de tolerancia favorable.
Rol como modulador hormonal
Varios estudios sugieren que el romero actúa sobre el eje endocrino. En modelos animales, la inhalación de ROEO moduló el eje HPA reduciendo la secreción de corticosterona (análoga al cortisol) ante estrés agudo. Asimismo, en estudios con conejos expuestos a tóxicos, el extracto de romero protegió la glándula adrenal y restableció los niveles hormonales: normalizó cortisol y ACTH, así como las hormonas sexuales (testosterona, estradiol, FSH, LH) comprometidas por el tóxico. Estos hallazgos sugieren un efecto adaptogénico capaz de equilibrar hormonas del estrés y reproductivas. A nivel molecular, se ha descrito que compuestos del romero (como el flavonoide kaempferol) inhiben in vitro la enzima aromatasa –responsable de la síntesis de estrógenos– en aproximadamente un 50% a concentraciones micromolares. Este mecanismo indicaría que el romero puede influir indirectamente en los niveles de estrógenos y andrógenos. En conjunto, los datos disponibles apuntan a que el romero puede regular el eje endocrino —desde el HPA hasta la esteroidogénesis gonadal—, aunque faltan estudios clínicos en humanos que confirmen y delimiten estos efectos.
Referencias: Artículo de Villareal et al., 2017 (PMC5741888); Ghasemzadeh & Hosseinzadeh, 2020; Nieto et al., 2018; Shahina et al., 2022; Nieto et al., 2018; Panahi et al., 2015; Al-Rikaby et al., 2022; Gargano et al., 2025; Moss et al., 2012; Instituto NCI (PDQ Aromaterapia), s.f..